En abril de 1967 Lyndon Johnson, ya como presidente electo de los Estados Unidos fue a Uruguay a participar de una conferencia de la OEA que tuvo lugar en el Hotel San Rafael. En ese entonces Phillip Agee se encontraba en Méjico y el directorio de la CIA le pidió que fuera a Montevideo a colaborar con el servicio secreto, responsable de la seguridad del presidente, que se había instalado en Montevideo y Punta del Este con semanas de anticipación. Recordemos que Kennedy había sido asesinado tres años antes y Johnson, en ese entonces vicepresidente, había asumido la presidencia de Estados Unidos.
Postal del Hotel San Rafael. el cual acaba de ser demolido para construir un complejo hotelero.
Esto fue lo que escribió Agee en su libro “Diario de la Compañía”.
Montevideo, 2 de abril de 1967
Cada día parece que surge una nueva historia sobre un plan terrorista para asaltar, colocar bombas, veneno o, simplemente, maldecir la conferencia. Para comprobar estas historias he tenido que llegar hasta la casa de algún pobre tipo, muchas veces acompañado por algún agente del Servicio Secreto ansioso por torturarlo para conocer la verdad. Pero hubo una historia qué no podía tomarse a la ligera, y que me retuvo día y noche de la semana pasada tratando de resolverla.
El informe original llegó de BIDAFFY-1, un agente de infiltración de la estación de Buenos Aires, que está mezclado con el grupo terrorista de John William Cooke. Cooke es un conocido peronista de extrema izquierda que también trabaja con la inteligencia cubana. El informe decía que Cooke y un número no especificado de sus seguidores vendrían a Montevideo antes de la conferencia para infiltrarse en el área restringida de Punta del Este y colocar bombas y otros operativos terroristas que puedan montar. El agente no conoce los nombres de las personas que acompañarían a Cooke, pero dice que establecerían su base en un departamento que pertenece a Cooke y que está en el Rambla Hotel, un edificio decadente de veinte pisos frente a la playa de Pocitos. Antes de pasar estos datos a la policía, que podría poner al descubierto a BIDAFFY-1, decidimos verificarlo y, en todo caso, avisar a la policía si Cooke llega.
Mandé venir a Frank Shemo, el oficial técnico que vive en Buenos Aires. Durante dos largas noches Shemo intentó en vano abrir Por medio del equipo de vigilancia AVEN1N, conseguí una habitación en el hotel, en el mismo piso que el departamento de Cooke, e hice llamarla cerradura del departamento de Cooke con herramientas de precisión; al final, decidió hacer una llave y pudo abrirla la tercera noche. Por entonces nuestras continuas idas y venidas desde mi habitación hasta el departamento de Cooke habían provocado las sospechas de los ascensoristas, mientras que los empleados de ese piso ya se preguntaban en voz alta qué estarían haciendo tres hombres, noche tras noche, en una habitación para dos personas.
Y si Phillip, como dice el tango “la gente es mala y comenta”. Aclaremos que en esa época algunos hoteles funcionaban en régimen mixto de hotel y una especie de apartamentos privados. Para hacer breve esta historia, los tres oficiales de la CIA entraron en el departamento de Cooke y encontraron una caja de madera lo suficientemente grande como para ocultar armas y explosivos. Como no podían abrirla sin que se notara, el servicio secreto mandó un agente con un aparato de rayos X portátil que usaban para revisar los regalos que recibía el presidente. No había nada metálico en la caja. Ya aprovecharon y colocaron dos micrófonos, uno en la caja de la cortina y el otro… ¡en un resorte de la cama!
Entre tanto el infiltrado en Argentina avisó que la hija de Cooke iría a Montevideo y permanecería en el departamento en cuestión y probablemente otro grupo se les uniría más tarde. Lo cierto es que John Cooke ni sus seguidores no aparecieron nunca en Montevideo, en cambio la hija de Cooke y su pareja fueron a pasar una noche al departamento.
El ex Hotel Rambla
Esto escribió Agee al respecto:
Montevideo, 4 de abril de 1967
Después de toda una noche y una mañana de escuchar los crujidos de la cama, finalmente oímos que la hija de Cooke y su novio dejaban el departamento. … Esta tarde, la pareja volvió a Buenos Aires sin haber mencionado a ninguna otra persona, ni siquiera a la conferencia. Hicieron una visita corta y tranquila. En mi informe recomendaré una recompensa especial a BIDAFFY-1 (el infiltrado en el grupo de Cooke) por su imaginación.
La cumbre de la OEA, como tiene que ser, transcurrió con total normalidad del 12 al 14 de abril de ese año Y así terminó la historia de Johnson, la CIA y un peronista que nunca apareció. El hermoso paisaje de la rambla montevideana sirvió de inspiración a la pareja argentina para una noche memorable y la mañana siguiente.
A todo esto, Agee quien tanta información reveló sobre la CIA no entró en pormenores sobre lo que sucedía en la habitación para dos personas ocupada por tres hombres. ¿No habrá sido a él a quien le tocó dormir en el medio y por eso nunca quiso entrar en detalles?